El padre de Reagan huyo con la esposa de Andreas Vatis, y este no era el tipo de persona que dejara pasar la afrenta con impunidad. Deseaba vengarse. Así que, a la muerte del hombre que había manchado su honor, solo quedaba la hija de aquel para vengar en ella el orgullo herido del griego.
-Deseo lo que me quito tu padre- le advirtió con insolencia-. Una esposa…y los hijos que necesito para que hereden el imperio Vatis. ¡ Reagan sabia lo mucho que lo despreciaba y nunca le daria voluntariamente lo que en forma tan despiadada le exigía!.
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